Empieza esta apasionante novela con un tema subyugante (subyugar: avasallar, dominar poderosa o violentamente): “todas las escuelas psicológicas lo estudian, desde el psicoanálisis clásico hasta la psicoterapia Gestalt, ese estado de ánimo que suele manifestarse hacia la mitad de la vida de las personas y que acostumbramos a llamar «crisis de los cuarenta», edad en que los seres humanos echan la vista a atrás, recuerdan los sueños que tuvieron cuando eran jóvenes y hacen luego recuento de los logros obtenidos, de las posibilidades que aún les quedan: el resultado es siempre desolador”. Así empieza «La misma ciudad», de Luisgé Martín, y con ese mismo interés subyugante con el que lees el primer párrafo, continúas uno tras otro, sin moverte de donde estás, hasta que terminas de un único tirón sus ciento treinta páginas. No hay ningún doble espacio entre los párrafos, todos son seguidos, porque la historia es tan compacta, es tan sólida, está tan medida, es tan madura y está tan bien escrita, que no lo precisa. Su personaje Brandon Moy, “también había sentido el deseo de cambiar de vida por completo, de abandonar su ciudad para marcharse a una ciudad distinta, de buscar un trabajo nuevo, de separarse de esos amigos queridos que le encadenaban a costumbres ya encenagadas y fastidiosas.” Brandon Moy es de los que piensan que cualquier ciudad, incluido Nueva York, puede ser una Ciudad de las miradas. Y así transcurre esta novela de la que no voy a contar más, tan sólo a decir que su desarrollo es exquisito, que la precisión de los sentimientos que va experimentando el protagonista son tan realistas y maduros que es imposible no sentirse afectado, y que por más que he estado pensando, no encuentro otra manera mejor de empezar este nuevo año (escribo un tres de enero todavía propicio a balances y propósitos) que leyendo una novela tan reflexiva, quizás tan necesaria, como «La misma ciudad», de Luisgé Martín.
Este sería el gran prólogo de la obra. Invita a hacerse con esa novela y leérsela de un tirón solo con lo que tú has descrito. Enhorabuena.