África 2050, oportunidades y amenazas

africa2050

(Este artículo que escribí hace unos años, hoy, en septiembre de 2020, sigue estando perfectamente vigente)

Algo en lo que pienso con frecuencia: los 1.186 millones de africanos que existen en la actualidad se convertirán en 2.478 millones en el año 2050 (según el informe de la población mundial de Naciones Unidas). África duplicará su población, en Europa, en cambio, ésta disminuirá, pasará de 738 a 707 millones. En África la edad media en 2050 será de 26 años, en Europa de 46.

Suelo pensar en estos datos cuando estoy con mis sobrinos, ¿Qué clase de mundo se encontrarán?

Desde aquí, donde vivo, en unas islas que políticamente son Europa pero que geográficamente están ubicadas en África, estos datos no pueden pasar desapercibidos. Los habitantes de los países de África Occidental (la más cercana a las islas) pasarán de 350 millones a 700 millones, ello duplicará las oportunidades que puedan generar estos territorios (tanto para sus habitantes como para los que se relacionen con ellos), el doble de consumidores, un cada vez mayor peso de sus clases medias… Pero también puede generar que se dupliquen sus amenazas (tanto para sus habitantes como para los habitantes de los países cercanos). En Europa, en España y en Canarias ya sabemos  lo que significa ser joven y vivir en países que no te ofrecen oportunidades (bueno, en realidad no lo sabemos, más bien lo podríamos llegar a imaginar si nos diera por pensarlo de verdad, como ocurrió en 2006, más de 20.000 inmigrantes llegaron en patera a las islas). Las migraciones van a existir siempre.

Los objetivos de desarrollo sostenible de Naciones Unidas marcan en un 7% el crecimiento del PIB anual que deben alcanzar los países menos adelantados para poder luchar contra la pobreza (no es suficiente con eso, además es necesario que ese crecimiento sea distributivo, y beneficie a la mayoría de la población, y no solo a una minoría). La media del crecimiento de África en las dos últimas décadas ha sido del 4,3% anual, tres puntos porcentuales más que en las dos décadas previas. Sin duda es un dato interesante, que invita al optimismo, aunque aún insuficiente.

Además, ahora la situación se ha revertido, la caída de los precios de las materias primas han supuesto una desaceleración del crecimiento de estos países. Una conclusión rápida de este hecho sería que no han conseguido diversificar una economía que parece depender exclusivamente de los precios internacionales, no han conseguido industrializarse, elaborar sus productos, generar valor añadido, crear puestos de trabajo estables para sus habitantes. Preocupante.

Pero el crecimiento de los últimos años no se debe exclusivamente a los buenos precios de las materias primas, también ha habido muchos avances: una mejora de la gobernanza, las autoridades están mejor preparadas, las políticas económicas y sociales han progresado significativamente, ha aumentado la inversión extranjera (y no solo en lo referido a materias primas, también en sectores como las telecomunicaciones, los bienes de consumo y los servicios en general), todo ello junto a unas condiciones económicas mundiales favorables.

¿Qué es lo que va a ocurrir en el futuro? Yo no lo sé, las perspectivas de crecimiento son positivas, la OCDE prevé que se volverán a alcanzar tasas de crecimiento en torno al 4,5% anual en 2017, pero lo cierto es que en el continente se está duplicando la población, que en 2050 en África Occidental serán 700 millones, que la media tendrá 26 años. Desde luego que ello duplicará las oportunidades: mayor clase media, mayor número de consumidores, enorme concentración en las ciudades con las consecuencias que acarreará en la productividad, pero si el crecimiento económico no es capaz de absorber todo ese incremento poblacional, (la misma OCDE prevé que se tendrán que generar 30 millones de puestos de trabajo anuales en el continente) también podrían duplicarse las amenazas: mayor pobreza, mayor inestabilidad, mayor número de jóvenes dispuestos a emigrar a Canarias, a España, a Europa.

Creo que debemos saberlo, que no podemos ignorar esta importante realidad, tanto en un sentido, el de unas oportunidades evidentes; como en el otro, el de unos riesgos si ese crecimiento no beneficia a un porcentaje importante de la población.

El tráiler de la novela Tal vez Dakar:

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