Homer y Langley, sublime interpretación

Homer_Y_Langley-MIS-042010  Releo esta novela, me repito, las relecturas son mejores que las lecturas, ésta es maravillosa, quizás una de las mejores novelas que haya leído. Tiene muchísimas virtudes, pero destacaría dos, narrar desde el punto de vista de un ciego es un ejercicio literario muy enriquecedor para mostrar a los lectores lo que el ciego no ve pero intuye, los matices, los detalles, esa riquísima mirada que es posible transmitir gracias a una literatura precisa. La otra virtud: que parece que no pasa nada, que parece que Homer nos describe hechos triviales de su vida diaria pero en realidad, con una magistral sutileza, nos está contando todo, nos está contando la historia y la idiosincracia de Estados Unidos durante el siglo XX a través de estos dos hermanos extravagantes que se van abandonando poco a poco en su casa frente al Central Park en Nueva York. Su autor, E.L. Doctorow, dice en la contraportada: “como mitos que son, los hermanos Collyer requerian no que se investigara sobre ellos sino que se les interpretara”. Pues ¡bravo! ¡Qué interpretación más sublime! Podría destacar cientos de cosas de la novela, pero por nombrar una que me ha gustado (aparte de los deliciosos  pasajes del ganster que se refugia en la casa -qué perfil tan bueno del personaje- y de la comuna de hippies abandonándola la noche del apagón de Nueva York -qué escena gloriosa-), el paralelismo entre la política norteamericana y el sentimiento de orgullo nacional, el hecho de haber participado en cinco guerras en un siglo, (la primera y la segunda guerra mundial, Corea, Vietnam y el Golfo), ¿y si nosotros hubiésemos sido una familia delictiva? -se pregunta Homer-, ¿no estaríamos más unidos a nuestros padres si todos juntos hubiéramos controlado redes de prostitución, sindicatos de juegos, préstamos con intereses desorbitantes, cometiendo todos los delitos inimaginables? Detalles como este, de los que se apropia el lector para realizar su propia interpretación de los hechos, abundan en esta novela, una novela que cuando la terminas vuelves a reafirmarte en lo tantas veces probado: no hay mejor manera de entender e interpretar la realidad (y la historia, y la condición humana, y la…) que la buena literatura.

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