Juan Manuel Gil, Trigo limpio. ¡Ostia, qué bien!

Juan Manuel Gil Trigo limpio
Juan Manuel Gil Trigo limpio

Hace dos días que acabé Trigo limpio, la novela con la que Juan Manuel Gil ha ganado el premio Biblioteca Breve 2021, dos días en los que la novela no se me va de la cabeza, pensando en qué puedo escribir sobre ella… Y como no sé por dónde arrancar, voy a dejarme llevar, a ver qué me sale…

Aproximándome

Yo sigo a Juan Manuel Gil en redes sociales desde hace unos meses, desde que la voraz y extraordinaria lectora, Tensy Gesteira, comentara en su blog, Lecturafilia, que la anterior obra de Gil, Un hombre bajo el agua, era una de las mejores novelas que había leído en 2020. Entonces busqué su obra, lo encontré en Facebook, me pareció otro escritor desconocido (como lo soy yo) que está buscando su hueco en el mundo literario. Por eso cuando vi su nombre como ganador de tan importante premio que lo elevaba directamente desde el anonimato al olimpo de la literatura nacional, me llevé una alegría: ¡Ostia! ¡Qué bien! Estas cosas pueden ocurrir, me dije.

Así que, como no podía ser de otra manera, me dispuse, expectante, a esperar que el libro se publicara al tiempo que seguía los emocionados comentarios emocionantes que Gil iba publicando en Facebook según se iba acercando el día del lanzamiento de la novela. Entendía perfectamente sus sentimientos, estaban muy pegados a mi piel, porque yo hubiese sentido, pensado exactamente lo mismo en el caso de haber estado en su lugar.

La semana pasada busqué Trigo limpio en las dos librerías que están próximas a mi casa pero no les había llegado; el jueves (estoy escribiendo un lunes por la noche), cuando regresaba con la moto desde el trabajo reconocí su poderosa portada en el escaparate de la librería Islátika, di un frenazo que casi no me embiste el coche de atrás, y me eché a un lado para bajarme a comprar la novela. Cuando la tuve entre mis manos y contemplé en primer plano esa llamativa y evocadora fotografía que representaba a un viajero leyendo sentado sobre su propia maleta pensé: este tipo podría ser yo (o al menos así quise escribir Tal vez Dakar), y también pensé: a mí me gustaría ser este tipo (pensando en la siguiente novela que quiero escribir).

Y la lectura

Con Trigo limpio me ha sucedido una de esas cosas que a los lectores nos encanta que nos suceda, que cuando la empiezas a leer permaneces pegado a ella, casi como si estuvieras electrocutado, hasta acabarla. Porque Trigo limpio es una novela que (creo) a todo escritor le gustaría leer. El escritor tiene la obligación de leer como escritor, además de como lector, y esta obra se nos presenta como un gran ejercicio de inteligencia narrativa. Juan Manuel Gil construye unos cimientos y una estructura perfectos con los que nos hace navegar por la trama a su antojo, nos conduce con absoluta pericia por los caminos que él quiere que surquemos. Si yo fuese surfero, que no lo soy, nunca lo he sido y nunca lo seré (pero así le hago un guiño a mi amigo Ángel Lobo que últimamente está leyendo y escribiendo mucho, no sabe él cuánto me alegro, que se arrime también hacia este otro lado, Ángel, tienes que leer esta), diría que empezar la primera página de Trigo limpio supone coger la cima de la ola, para después ya permanecer en el tubo que te arrastra, trepidante, quizás también con algún contratiempo, con alguna duda, hasta llegar al final, hasta pasar la última página

Trigo limpio es la estructura, es su prosa hábil y fluida, es el rico uso de las comparaciones y metáforas, es el humor (a mí me encanta reírme cuando leo, me parece que experimento una sensación de libertad, puede parecer que estoy solo riéndome, pero no, me encuentro muy acompañado, y cuando eso sucede escribo a lápiz “ja ja ja” junto a los párrafos que me han provocado la carcajada, y en esta novela lo he escrito unas cuantas veces). Trigo limpio también es el desnudo personal del escritor, que nos muestra sus armas, con las que construye la novela, con las que se debe construir una novela, explicándonos en todo momento por qué hace tal o cual cosa. Es un ejercicio muy interesante, porque, entre otras razones, cada vez que lo utiliza genera una nueva expectativa que engancha al lector.

Me ha gustado tanto ese ejercicio, que me ha llevado a introducir un personaje nuevo en la novela que estoy escribiendo. Cuando se publique, si alguien se acuerda de este artículo, ya le contaré quién fue ese personaje, y cuál fue su función.

Pero Trigo limpio es algo más que todo eso, es el profundo amor del autor por la literatura, y cuando tú compartes ese amor, entonces te encuentras, reconfortado y feliz, en un lugar en el que quieres estar, al que sientes que perteneces.

¿Y la trama de la novela? Sobre la trama no voy a contar nada, simplemente que ese personaje de la portada está recorriendo poderosos caminos en donde transcurren la memoria y la vida, así que les recomiendo que cojan ustedes la cresta de la ola, y empiecen a leer.

Y de esta manera, escrita de un tirón, sin volver la vista atrás, publico la reseña que me ha salido, apenas añado dos subtítulos, y así la dejo. Enhorabuena al autor ya-no-tan-desconocido por este merecido premio, por ese oficio de escritor.


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